Andaba buscando un circunloquio alambicado de los míos para colocaros un par de lentas de esas que no dejan margen a que bailar lento pudiera no ser pecado. Ya he dejado caer muchas veces el criterio parroquial de Logrosán, vinculando tal calificación del baile, al sujeto, la sujeta y como la sujete. Alguien a mi lado me ha dicho:”cualquier noche es buena para bailar lento!” Amen.
Salías de la pista con sabor a poco y sonaban los cuatro golpes de caja de la batería, en el cuarto entraba el piano, y era un salvoconducto, por lo menos, para proponer la vuelta.
Cuando la bailabas en su integridad, no ibas directamente hacia el pecado, ..., volvías de él!